Ya cicatrizaba. Poco a poco casi sin darme cuenta. El cansancio era real. Mental y físicamente hablando, estaba explorando terrenos lejanos. ¿Acaso quisieras creer, quisieras ver cuanto vivimos juntos? ¿si tal vez pudieras ver cuando hacemos el amor, después de todo lo que nos pasó, sé que cambiamos tanto”(Los Natas). Todo giraba sin drogas, simplemente giraba porque justamente eso era lo que sucedía todo el tiempo. Fuck. Las reglas en el “mundo real” eran muy distintas. Simplemente distintas. Los códigos en los que se hablaba de noche no existían de día y viceversa. Quien es un loser un lunes por la mañana probablemente sea un rey por la noche y viceversa otra vez. Detrás de un teléfono móvil una voz femenina asegura que hace pocos días le dije: “Espero que el lunes entres por esa puerta con una enorme sonrisa en tu boca y yo sea el responsable de eso”. A veces la prosa etílica aumentada por lluvia y conocimiento desordenado hacen milagros.
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