miércoles, 3 de noviembre de 2010

Contra los Ninjas

Habían sido 5 días muy intensos. Cuadros. Miles de personas. Familias enteras. El recapacitar sobre lo sucedido hace que miles de imágenes y situaciones se ordenen y desordenen de forma constante. Fotos. Todas eras benditas fotografías. La llegada del amigo J. de Goteborg siempre es una alegría. Más aun si incluye impunidad desmedida. Ver pinchar a J. en Barcelona literalmente “cualquier cosa” y a que la gente le guste de todas formas me hizo recordar lo sucedido en su ciudad algunas semanas atrás. Era igual pero distinto. Posteriormente el absinth haría el resto del trabajo. El Guacho y Camisa eran ahora Emilio y Guillermo. La Brigada se estructuraría aun más el día del aniversario de Emilio. 28 años y ya con condecoraciones en a Brigada. Conversaciones trascendentales con taxistas sorprendidos. Camuflaje versión #3, edición Halloween. Ni el Boss de la Costa Norte me reconoció. Lluvia de minas. La impunidad eran doble, o triple. Hasta con una mascara que cubre toda tu cara que las minas vengan de a miles. La situación mejoraba. El diablo estaba cerca. Revoloteaba sus alas. La Brigada estaba acorralada por ninjas. Emilio a las 5 de la mañana pude establecer conversación durante mas de 20 minutos, tranquilizando a la madre de un rider local de 17 años. El guacho Marc hacia algunas horas había tenido su acercamiento más concreto hacia un coma etílico y su primer sponsor. Luego el regreso. Brigada explosiva contra los ninjas.

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