jueves, 7 de octubre de 2010

Impunidad

Pasamos ante todas las premoniciones de pasaportes vencidos, mochilas excedidas de equipaje y otras cosas.
Llegamos 15 minutos antes de lo estipulado. Fue gracioso reconocerme en la revista mensual de la aerolínea.
Nilson Central Station. Llovía con todo. Matteo nos esperaba. Caminamos hacia Andra Long gatan. Nunca nos fuimos. Todo estaba en su lugar. Patrick Gutaffson apostado en la barra. Jacob del otro lado servía Tuborgs y musicalizaba Bruce Springsteen y los Rolling Stones. Unas minas sentadas de tras nuestro nos violaban con la mirada. Cae mi amiga/hermana Josefina Hamlet alegre con Chris, un loco de Toronto que nos contaría que entre otras cosas había probado una gran cantidad de drogas alucinógenas. Nos acostamos agotados durmiendo unas doce horas ininterrumpidas.
Casi un millar de minas pro sería lo único que llamaría nuestra atención en nuestro segundo día soleado por las calles de Göteborg. La ciudad estaba empapelada con posters de Klubb Boris en los cuales aparecía “CAMISA (BCA)”. Nos mareamos de mirar y ser mirados por millares de minas. Nosotros estábamos sobrios y sin saber muy bien que hacer. Sólo flasheábamos con imaginar a nuestros amigos de La Plata y la idea de ellos acá. Comimos impune. La impunidad seguiría tomando whisky con Coca Cola dentro de un Burguer King de Jarntorget. Los vasos y el hielo fueron conseguidos de forma gratuita.
El guacho San sigue recargando Jim Beam. Los laburantes de la multinacional hamburguesera jamás se percatarían de lo impune de la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario